A lo largo de los años los jubilados fueron siempre uno de los sectores más castigados por la sociedad y, llegado este día, es un buen momento para homenajearlos.
Cada 20 de septiembre se celebra en la Argentina el Día del Jubilado, homenaje que se remonta a una fecha similar, pero de 1904, cuando bajo la presidencia de Julio Argentino Roca se sancionó la primera Ley de Jubilación en el país.
Entonces, hace 116 años atrás se creó la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones Civiles, que en su comienzo beneficiaba a todos los trabajadores estatales. Sobre todo, a los funcionarios políticos, personal de ferrocarriles y magistrados judiciales.
De esta manera inició el sistema contributivo que le brinda un sueldo a cada persona que haya cumplido con los requisitos y con el correr de los años se extendió a otras actividades como los aeronáuticos, bancarios, periodistas, obreros gráficos, entre otros.
En esta fecha se reconoce a todas aquellas personas que dejaron de trabajar por su avanzada edad. En algunas profesiones y oficios varía, pero el límite es de 65 años para los hombres y 60 para las mujeres tras haber cumplido 30 años de aportes.
Hoy, en plena pandemia, en un día en que los jubilados no pueden reunirse a celebrar en los centros y en las plazas como lo hacen todos los años, a modo de homenaje y reconocimiento, repasamos los derechos básicos que un gran porcentaje de ellos aún no consiguió:
Derecho a una jubilación que les permita cubrir sus necesidades y deseos
Derecho a una vivienda higiénica y con comodidades
Derecho a una alimentación sana y adecuada
Derecho a la vestimenta y a la salud física y psicológica
Derecho a la recreación y a la tranquilidad
Derecho al respeto a sus ideas y elecciones
Respecto al derecho humano de una vida libre de violencia